una más que sorprendente cerveza polaca. hemos pasado una quincena en mazagón (bueno, yo iba y venía todos los días y tenía libres las tardes). vimos un bar, la plazuela, con una cocina elaborada muy buena. al lado, los caracoles, con unas tapas tradicionales muy ricas. y cerca, antes de una freiduría que no estaba nada mal, un desavío gestionado por unos polacos, con productos polacos. el árbol que se ve en la etiqueta, por lo visto, tiene algo que ver con su fabricación, ya que no sólo lleva cebada.
así que tengo salsas polacas, pasta polaca, verdura polaca, conservas polacas y, como no, cervezas polacas. y ésta ha sido un descubrimiento.
es una cerveza con una cantidad abundante de espuma pero con una cierta consistencia. de color dorado tirando a ámbar oscuro, muy bonito y con presagios de lo que íbamos a saborear luego.
el olor es un tanto indiferente. a lúpulo, a malta, pero poco más. algo de acidez.
lo mejor, el sabor. una cerveza con cuerpo, de sabores pronunciados, donde destaca perfectamente la malta, con unos toques dulzones muy ricos al final del trago. el sabor te llena toda la boca y persiste un ratito.
sin embargo, no sé si la bebí lleno de sed o qué, pero he bicheado algo por la web y me he encontrado algunas críticas entre malas y muy malas sobre la cerveza esta. bueno, como sobre gustos hay mucho escrito pero no tiene por qué coincidir, yo digo que a mí me gustó. ya veremos en siguientes pruebas.
recomendable.
nota: 7/10
alcohol: 7º
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