la marca cruzcampo, hace ya años, sacó una cerveza ale que mantiene a pesar de no ser muy vista en bares. no sé, supongo que se venderá bien en tienda para consumo casero.
el emperador carlos I fue un monarca español del siglo xvi conocido (como casi todos) por su gusto por el hedonismo. disfrutaba de la comida (a pesar de sus enfermedades como gota o glucemia) y se pegaba unos sonados homenajes; como buen alemán, la cerveza siempre estaba presente en sus comidas. cuando se retiró, en 1556, al monasterio cacereño de yuste. desde alemania se trajo a sus maestros cerveceros para conseguir su preciada bebida.
en ese hecho se basa cruzcampo para elaborar una cerveza de abadía tipo ale (fermentación alta) como es la que presentamos.
de color ámbar oscuro, entre tonos anaranjados y marrones cobrizos; burbuja media y que se va rápido, al igual que el giste, no muy espeso ni contundente, más bien ligero y aireado. esa baja cantidad de gas se nota en la boca, bastante más débil de lo que esperaba en un principio.
aromas suaves, algo ácidos y picante. el sabor, por contra, es más potente aunque, al igual que el gas, de corta duración. de primeras notamos su toque amargo y tostado. da la impresión de ser una cerveza muy poderosa en sabores, pero se difufinan rápidamente, lo cual decepciona a la vez que permite beberla sin mucha pausa, lo cual no es algo bueno.
en resumen, un buen intento, un buen diseño, una buena presentación... pero una deficiente cerveza para lo que promete al verla. no digo que esté mala, pero sí que esperaba francamente más de ella.
nota: 6/10
alcohol: 6'5º
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