Una cerveza de abadía, que no le dedico demasiado y la verdad es que merecen mucho la pena para tomar con tranquilidad en días no muy calurosos.
De color marrón muy oscuro (la luz, de nuevo, me juega malas pasadas y sale más oscura de lo que realmente es, porque no es negra, como parece indicar la foto), con una espuma abundante, de color beige y muy cremosa. Se va deshaciendo lentamente y bajando por el vaso.
Aromas tostados, dulzones y algo de malta y lúpulo, pero estos dos últimos mucho más suaves.
El sabor es lo mejor. Algo de caramelo, frutas oscuras, toques ácidos, dulces y amargos entremezclados. Regusto a castaña, nueces o avellanas, no reconocí bien, pero dulzones.
Me gustó bastante esta trapense menos comercializada. La recomiendo.
nota:8/10
alcohol: 7º
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